FIRPO - Aguila 2:3

Partido épico, como debe ser un clásico. El Águila ganó 3-2 tras una remontada que quedará para la historia, una que comenzó a favor del Firpo, pero los naranjas le dieron vuelta al marcador en los ultimos minutos del partido.
El Firpo, ahora dirigido por el auxiliar Miguel Aguilar, intentó dar un giro y convertirse en el equipo, al menos en su once titular, y puso desde el inicio a sus mejores hombres. Comenzó con la devolución de la titularidad para Edwin González; Pekarnik, Leguizamón y Monteagudo volvieron a poblar de gran forma una media cancha que completó Dennis Alas.
Y así el Firpo intentó olvidar el episodio del lunes, en el que Gerardo Reinoso se fue del equipo por la puerta trasera. Y lo consiguió. Nada más al minuto 20 ya tenía dos goles a su favor ante el “Superáguila”.
El primerol llegó precisamente con una gran intervención de Alas. El contención se aprovechó del rechace de la defensa emplumada tras un tiro de esquina, y prendió la pelota desde fuera del área. Benji Villalobos tapó bien, pero el rebote terminó en la pierna de Barroche, que , remató a placer, al 15’.
El Águila estaba descompuesto, sin encontrar la salida y sin poderse aproximar con alguna claridad. Los toros se aprovecharon de ese miedo escénico que le dio al Águila. En los siguientes cuatro minutos, la defensa naranja se revolvía para sacarle la pelota al Firpo, pero no había manera. Leguizamón, que al fin salió en la delantera y no como volante, puso la velocidad y un poco más de descontrol en la retaguardia naranja.
Cuando el Águila se trataba de ir hacia el frente, algún robo dejaba mal parados a los volantes. Fue en uno de esos que los toros volvieron a aproximarse. Romeo Monteagudo leyó a la perfección el desmarque de Leguizamón, y le tiró un balón inmejorable para su corrida.
El diminuto argentino remató con la incomodidad de la marca de Víctor Velásquez, pero la pelota tenía destino final al fondo de la red.
Reacción
Sólo hasta entonces los visitantes hicieron relucir esa posesión de pelota que tanto los caracterizó en las cuatro fechas anteriores. Lo que hacía el Firpo era sencillo: valerse de un valiente y laborioso Edwin González para rechazar todo balón cercano al área. El equipo había cerrado filas y jugaba encerrado en su territorio.

El Águila volvió al terreno con la misma ambición inerte con la que cerró el primer tiempo. El Firpo lo esperaba atrás con su orden y la seguridad que brindaban Salazar y González al fondo.
Eso hasta que Alas se le barrió por detrás a Torres Alegría. Dennis se fue expulsado al 55’, pero el Águila no supo sostener esa superioridad tras la expulsión también de Víctor Merino. El Águila consiguió el empate en una gran descolgada de Leandro Franco, que entró por Deris.
Su centro fue igual de bueno que su quiebre, y Álex Campos sacó todo su olfato para, de primera intención, rematar en media tijera frente a Juanjo Gómez. Era el 62’, y parecía que el partido se pondría aún más intenso.
Y así fue. Franco se convirtió en el salvador del Águila, y brindó la segunda asistencia de gol para José Oliveira, quien remató cruzado, imposible para Juanjo.
Por si fuera poco, el mismo Franco sentenció con su gol el partido a falta de siete minutos para el final del juego.

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